¿Quieres saber cuáles son los orígenes del atrapasueños? ¿Conoces las leyendas amerindias que hablan de él? ¿Deseas contarle la historia del atrapasueños a tus hijos?
Antes de empezar nos gustaría deciros que el universo que engloba a los atrapasueños nos apasiona desde siempre. Nuestro objetivo es el de informaros sobre todo lo que rodea a este símbolo único.
El origen de este objeto sagrado al que se le atribuyen propiedades mágicas hay que buscarlo en las tribus nativas americanas. También llamadas Primeras Naciones, estas poblaban el territorio que hoy conocemos como Estados Unidos y Canadá antes de la llegada y colonización europea.
En este artículo vais a descubrir:
- La definición completa de atrapasueños
- Las tres leyendas que indias que explican el origen de los cazadores de sueños
- La simbología que rodea a este objeto mágico
Una vez que hayas lo hayas leído conocerás exactamente la historia del atrapasueños, su importancia en la cultura nativa americana y cómo su leyenda ha llegado hasta nosotros.
A) Definición de Atrapasueños
Los atrapasueños, conocidos en inglés como dreamcatcher, son objetos rituales de protección. Los pueblos indígenas de América del Norte los utilizaban para capturar las pesadillas y las malas vibraciones.
Todas las tribus indias americanas vivían en perfecta simbiosis con la naturaleza. Tenían un profundo respeto por todos los seres que poblaban sus territorios y la aparición en sueños de un animal particular podía esconder un mensaje oculto que merecía la pena descifrar.
Los chamanes y sabios de las diferentes tribus concedían una gran importancia a la interpretación de los sueños. De hecho, cualquier visión podía ser interpretada como un signo positivo o negativo y podía influenciar las posteriores decisiones que tomaban.
Ellos creían que cuando el día daba paso a la noche, el aire se llenaba de diferentes energías buenas, pero también malas. Esas energías se podían convertir entonces en buenos sueños o en terribles pesadillas.
Un cazasueños tiene por función de filtrar todas las energías que circulan en un lugar específico.
- Las malas se quedan atrapadas en su tela mágica y a la mañana siguiente cuando les toca directamente los primeros rayos de sol se destruyen y desaparecen para siempre. De esta forma ya no pueden atormentar a la persona que lo posee.
- Las buenas pueden atravesarlo gracias a su agujero central y llegan a su destinatario mediante las plumas que cuelgan de él. Estas sirven de intermediario para entregar con delicadeza las buenas ideas y los buenos sueños.
Los atrapasueños son un símbolo espiritual que vela por la tranquilidad y la serenidad de las personas. No sólo las protegen de las pesadillas, sino que liberan al espíritu de todas aquellas cosas que nos bloquean y no nos permiten de avanzar en la vida.
Los indios nativos creen que el cazador de sueños facilita gracias a su filtro mágico la consecución de todos los objetivos propuestos. Ayudan a las personas a perseguir con éxito sus sueños y a vivir el presente plenamente.
Es un ornamento artesanal compuesto de un aro de madera o bambú y tejida con hebras de hilo de algodón, cáñamo, lino, nilón u otras fibras naturales para crear un trenzado que recuerda al de una telaraña. Se suelen añadir cuentas, borlas, plumas y otros abalorios decorativos.
Hoy en día, los atrapasueños cuelgan en los dormitorios de millones de personas en el mundo seducidos por la promesa de protección espiritual y para tener dulces sueños.
B) Las tres leyendas del Atrapasueños
Existen tres leyendas que hablan del atrapasueños y que pretenden explicar el origen de este objeto tribal. Las tres pertenecen a tres tribus indias diferentes, situadas en regiones bien alejadas las unas de las otras. Es por ello, que quizás hubiese otras que no han perdurado.
En todo caso, las diferentes interpretaciones sobre su origen nos indica la importancia y popularidad de este objeto para las naciones nativas americanas.
Empecemos con la primera leyenda que proviene del pueblo hurón.
1. La leyenda del cazador
Esta leyenda hurona nos cuenta la historia de un joven cazador que salió un buen día a buscar comida para su familia y su tribu.
Después de varios días de caza sin encontrar una presa, el hombre se detuvo a descansar. En ese momento divisó una cueva y decidió adentrarse para encontrar cobijo y dormir tranquilo. Cuál fue su sorpresa cuando se dio cuenta que la cueva no estaba vacía sino habitada por un temible monstruo maléfico.
El cazador salió huyendo espantado y regresó a su poblado sin detenerse. Pero en vez de encontrar la paz y el descanso vivía permanentemente atemorizado por la visión de este espíritu maligno que lo perseguía incluso en sus sueños.
En los días que siguieron a su llegada, el cazador tuvo pesadillas horribles. No lograba conciliar el sueño. Muchas lunas pasaron y su situación no mejoraba.
Un día, cansado y desesperado por esta situación, el cazador decidió dar un paseo por el bosque. La fatiga le hizo detenerse al pie de un árbol y allí se quedó profundamente dormido.
A la mañana siguiente, el cazador se despertó en plena forma. Su mente estaba completamente despejada y la visión de esta bestia horrible ya no le hacía ningún efecto.
Entonces levantó la vista y vio una gran tela de araña tejida encima de su cabeza durante la noche y dedujo que su bienestar lo debía al espíritu protector de la araña.
Cuando el hombre regresó a su tribu, explicó lo que le había sucedido al sabio de la tribu y decidió de fabricar un objeto en forma de telaraña que colgó en su tienda.
La tribu lo imitó y tejieron cazadores de sueños en honor de este poderoso animal tótem para capturar así las malas energías y las pesadillas que acechan a los humanos.
Decidieron de adornar la telaraña con cuentas para simbolizar el rocío de la mañana que se había asentado en ella.
Los cazasueños se colocaban encima de la cama, en un lugar dónde alcanzaba la luz del sol que permitía purificarlo y limpiarlo de las pesadillas que se quedaban atrapadas en su red.
2. LA LEYENDA DEL GRAN ESPÍRITU
La leyenda del Gran Espíritu es la historia del origen del atrapasueños por parte de los Lakota, un pueblo Siux que vivía en las grandes llanuras del centro norte del actual Estados Unidos y Canadá.
Según este mito, la población de la tribu estaba atormentada por los malos sueños y los espíritus malignos. Los niños estaban a menudo asustados y cansados. Frente a este fenómeno, el jefe del clan decidió reunir al consejo de ancianos para tratar el problema.
El líder espiritual de la tribu resolvió que debía ascender la montaña sagrada e invocar a los espíritus para encontrar una respuesta. Así que emprendió el camino de la montaña y cuando llegó a su cima se le apareció Iktomi un espíritu reputado por su sabiduría. Este espíritu embaucador y a veces bromista adoptó la forma de una araña y le revelo grandes verdades sobre la vida.
Iktomi empezó a explicar al chamán de la tribu cuáles eran los ciclos de la vida de una persona. Le hablo sobre cómo nacemos y dependemos totalmente de la familia para crecer durante toda nuestra infancia hasta llegar a la edad adulta.
Y también de cómo envejecemos y perdemos facultades poco a poco hasta ser complemente dependientes igual que los niños hasta morir finalmente y completar así el ciclo vital.
Mientras hablaba, la araña cogió una rama de sauce rojo e hizo un aro y con cuentas, plumas y pelo de crin de caballo empezó a tejer una tela.
Siguió contando que durante todas las edades el ser humano está expuesto fuerzas contrarias. Si escuchamos las buenas, ellas nos guiarán por la buena dirección y estaremos en armonía con la naturaleza.
Si, por el contrario, escuchamos a las malas, ellas nos dañarán, nos conducirán por la dirección equivocada y nos alejarán de las buenas enseñanzas del Gran Espíritu (Wakan Tanka).
Cuando terminó de hablar, Iktomi le mostró su creación. Un círculo perfecto con una tela de araña bordada en su interior y un agujero central.
Iktomi le ofreció este regalo al anciano y le dijo que lo utilizara su pueblo para alejar los malos espíritus. Que este ornamento le guiaría a la hora de tomar decisiones, obtener sus propósitos y alcanzar sus sueños. Le explicó que la red capturaría las buenas ideas y las nocivas pasarían a través del agujero.
Otras tribus sioux piensan que las malas ideas quedan atrapadas en la red y las buenas pasan por el agujero para llegar a la persona. Las dos versiones son válidas.
De vuelta a la aldea, el sabio le contó al resto de la tribu su encuentro con Iktomi, les mostró su regalo y los convenció para fabricar cazadores de sueños idénticos que colgarían en sus tipis.
Desde entonces los descendientes de esta tribu perpetuaron la tradición ancestral que ha llegado hasta nosotros.
Los lakota creen aún hoy en día que el atrapasueños encierra en su círculo mágico la llave de su destino.
3. LA LEYENDA DE LA MUJER ARAÑA
Esta es la leyenda más conocida y pertenece a la tribu Ojibwe o Chippewa. Sin lugar a dudas es la historia del atrapasueños que prefieren escuchar los niños.
Los Ojibwa poblaban la región de los Grandes Lagos al igual que otras tribus anishinaabe como los algonquian o los potawatomi.
Los Ojibwe tienen una diosa llamada Asibikaashi, conocida como la mujer araña. En vez de asustarlos por su forma arácnida, este pueblo la venera por sus cualidades protectoras. La consideran una madre o cómo un ángel guardián que cuida y protege a todos los miembros de la tribu.
Esta diosa es famosa porque logró aportar a la tribu la luz benéfica del sol (la diosa Giizis).
Para conseguirlo, debía tejer una gran telaraña cada noche para capturar los primeros rayos de luz que quedaban apresados en las gotas del rocío de la mañana.
Asibikaashi se ocupaba principalmente de proteger a los niños de la tribu. Al anochecer mantenía alejados a los malos espíritus con su tela mágica para que no interfieran en sus sueños.
Con el paso del tiempo, la nación Ojibwe comenzó a aumentar en número y a expandirse por el territorio dificultando cada vez más la noble tarea de la mujer araña.
Así que decidió crear un objeto mágico que pudiera reemplazarla simbólicamente. Una vez creado, transmitió ese saber a las mujeres de la tribu. Madres, hermanas y abuelas (nokomis) fabricaron los primeros atrapasueños que colgaban en el techo de los tipis para proteger los niños de la tribu de las pesadillas nocturnas.
El atrapasueños trajo la paz y la serenidad tan deseada al pueblo Ojibwe. En su lengua, los atrapasueños se llaman asabikeshiinh, que significa literalmente araña.
Estos atrapasueños estaban formados con madera de sauce rojo y se conocían cómo círculos sagrados. Ese círculo representaba el viaje que realizaba la diosa del sol Giizis en la bóveda celeste. La tela de la araña estaba anudada a partir de ocho nudos para simbolizar las ocho patas de la araña.
Las plumas que cuelgan del atrapasueños simbolizan el aire. Las plumas de búho son un símbolo femenino de sabiduría y las plumas del águila significan el coraje de los guerreros.
En el centro del círculo solían poner una piedra preciosa para representar al Gran Espíritu, aunque esta tradición se ha ido perdiendo debido a su alto coste.
Algunos atrapasueños de tienen forma de lágrima y representan el rocío de la mañana con el que Asibikaashi recogía la amada luz del sol.
Las cuentas que adornan los receptores de sueño simbolizan aquellos bueno sueños que no han conseguido atravesar el círculo y que han quedado inmortalizados para siempre.
Hoy en día, los etnógrafos que estudian las culturas indígenas norteamericanas, están de acuerdo para decir que los atrapasueños encuentran su origen en la nación Ojibwe.
C) Disfruta de la Magia de los Atrapasueños
Esperamos que os haya gustado este artículo y hayáis aprendido muchas cosas.
Has leído la definición completa de un atrapasueños y las tres leyendas de los indios americanos que hablan de este ornamento y que han perdurado hasta nuestros días.
¿Os han gustado?
Ahora que ya conoces la verdadera historia del atrapasueños puedes compartirla con tus familiares y amigos.
Para los Ojibwe, un atrapasueños multiplicaba su eficacia si te lo regalaban de corazón.
Así que no lo dudes, un cazasueños puede ser una idea para regalo original y sobretodo con una bonita historia que explicar.
¡Comparte estas leyendas con tus seres queridos!